A medida que se acerca la menopausia, es común que experimentes dolores físicos en distintas partes del cuerpo. El más frecuente es un dolor en la zona del bajo vientre, similar al que se experimenta antes y durante la regla. Pero muchas mujeres comentan que sufren también dolores óseos y musculares, así como frecuentes dolores de cabeza.
Dolor de ovarios en la menopausia
Se trata de un dolor de ovarios muy localizado en la parte baja del vientre que puede ser más o menos intenso y aparecer de forma constante o intermitente. Casi todas las mujeres experimentan estas molestias en algún momento de su vida fértil, ya que es un dolor muy ligado a la menstruación y también es parecido al que se siente en las primeras semanas del embarazo.
No obstante, a partir de los 45 años las mujeres entran en la premenopausia, una etapa vital en la que los niveles de estrógenos se van reduciendo. Por norma general se trata de un proceso progresivo, en el que la menstruación también experimenta cambios poco a poco.
Es posible que la regla ya no aparezca todos los meses, que varíe la cantidad de sangrado, que haya sangrados entre reglas… Todos son cambios que por norma general no implican mayor preocupación ya que forman parte del proceso natural de la premenopausia.
Del mismo modo, también es habitual que sigas experimentando dolor de ovarios mientras estás en la premenopausia. Esto se debe a que la regla, aunque irregular, sigue apareciendo. Y por tanto, al producirse la ovulación también puede ir acompañada de sus síntomas típicos.
Pero, ¿qué ocurre cuando ya has iniciado la menopausia -es decir, cuando llevas al menos 12 meses sin menstruar- y sigues notando dolor de ovarios?
Dolores menstruales sin la regla en la menopausia
Si ya tienes una menopausia instaurada quizás hayas sentido en algún momento dolor de ovarios, muy similar al dolor que suele acompañar a la menstruación. Y seguramente te hayas preguntado si sentir este tipo de dolor es normal cuando ya no tienes la regla todos los meses.
En ese caso debes saber que al entrar en la menopausia, los ovarios dejan de producir óvulos, por lo que esos dolores asociados a la menstruación no deberían estar ahí Es decir, que este tipo de dolor no es habitual y puede ser síntoma de que algo no va del todo bien.
Entre las posibles causas de este tipo de dolor pueden estar la presencia de quistes ováricos, endometriosis, ETS como la enfermedad inflamatoria pélvica o algún tipo de tumor. Aunque puede ser que aún quede algo de actividad en los ovarios, si has experimentado dolor de ovarios durante la menopausia (una vez has pasado 12 meses sin la regla) te recomendamos que lo consultes con tu médico o ginecólogo.
Dolor en el bajo vientre en mujeres menopáusicas
Lo primero es identificar cuál es el origen de ese dolor, si se trata de una inflamación ovárica o de otro tipo de dolencia, como las molestias gastrointestinales.
Cuando los ovarios se inflaman se percibe como un dolor en la parte más baja del abdomen. Es habitual que este dolor vaya acompañado de calambres, y puede ser intermitente o constante, así como también puede variar mucho en intensidad.
Si estás en la premenopausia, es decir, si aún tienes la regla aunque sea irregular, ese dolor puede estar relacionado con la actividad que aún hay en los ovarios y no es motivo de preocupación. Si ya has pasado más de 12 meses sin la regla, ya estás en la menopausia como tal y ese dolor no es tan frecuente.
Por otra parte, también hay que tener en cuenta que el dolor en el bajo vientre puede deberse a la hinchazón abdominal, un síntoma muy propio de esta etapa. Los gases o el estreñimiento son algunos de los problemas digestivos más comunes en la menopausia que pueden dar lugar a incomodidades. Piensa que al fin y al cabo son zonas del cuerpo muy próximas, y a veces esos dolores pueden confundirse.
En cualquier caso, por norma general el dolor en el bajo vientre o en la zona inferior del abdomen no es habitual, y puede ser señal de una dolencia más grave o algo distinto a la menopausia. Por eso si notas este tipo de dolor lo más recomendable es consultarlo con tu médico o ginecólogo.
Dolor pélvico y lumbar en la menopausia
Al entrar en la menopausia es habitual sentir dolor en los huesos, que se produce por el debilitamiento y disminución de la masa ósea debido al descenso de producción de estrógenos. También puedes notar que tus músculos se han vuelto menos flexibles y que te limite algunos movimientos, o que incluso sufras contracturas más a menudo.
El dolor pélvico se localiza en la parte baja del abdomen, y suele ser punzante y agudo o presentarse de forma intermitente. También puede ir acompañado de molestias durante las relaciones sexuales o al ir al baño.
No obstante, aunque los cambios hormonales son un detonante en este tipo de dolores, hay otros factores que también influyen. Por ejemplo el tabaquismo, fracturas previas o antecedentes familiares: si tu madre sufrió dolores de huesos en su menopausia, es más probable que los sufras tú también.
El dolor lumbar también es muy frecuente, especialmente a partir de los 50 años con el consecuente debilitamiento de músculos y huesos. Generalmente hay un alivio cuando la persona permanece en reposo, pero puede ser un condicionante para realizar tareas cotidianas. Muchas veces es un dolor que se neutraliza con antiinflamatorios, pero lo mejor es combinarlo con rehabilitación física.
De ahí que sea importante transitar hacia ciertos hábitos saludables que te permitan pasar una menopausia más relajada. En concreto, ante el desgaste y dolor de huesos, es fundamental el aporte de calcio a lo largo de la premenopausia y menopausia.
La recomendación es de 1.200mg a 1.500mg de calcio diarios, que se pueden adquirir a través de alimentos ricos en este mineral, como los derivados lácteos (leche, queso…), frutos secos, acelgas… Y para que la absorción del calcio sea óptima, es importante incluir alimentos ricos en vitamina D.
Por otra parte, también está la opción de optar por complementos alimenticios con vitamina D que ayude a mejorar la absorción del calcio necesario en la menopausia.
Menopausia y dolor de cabeza
El dolor de cabeza en la menopausia está estrechamente ligado a la actividad hormonal de tu cuerpo. Los estrógenos y la progesterona no solo tienen un papel importante en el ciclo menstrual, sino que también afectan a la química cerebral. Esto provoca que las mujeres, entre otras cosas, sean más propensas a experimentar ansiedad o depresión.
Se cree que cuando los niveles de estrógenos están equilibrados se pueden mejorar los dolores de cabeza, y que cuando estos disminuyen las molestias aumentan. De ahí que en la menopausia muchas mujeres reporten este tipo de molestias, ya que estos niveles hormonales disminuyen. No obstante, existen también factores hereditarios y ambientales que van a determinar su aparición e intensidad.
El dolor de cabeza puede impedirte realizar con normalidad muchas de las tareas cotidianas, especialmente si se manifiesta en forma de jaquecas o migrañas. Aunque es posible que necesites algún tipo de prescripción si los dolores son muy intensos, siempre hay consejos que puedes seguir por tu parte para reducir las molestias.
Entre otras cosas, favorecer un correcto descanso y practicar ejercicios de relajación o respiración te ayudarán a reducir el dolor cuando su origen sea el estrés. Y cuando el dolor sea muy intenso, procura acostarte en una habitación tranquila con poca luz y aplicarte un paño de agua fría sobre la frente. No obstante, si esos dolores son muy intensos o persistentes, siempre puedes comentarlo con tu médico de cabecera.
Ver: Trastornos de la regla en la menopausia
Wang, Y. J., Wáng, J., & Káplár, Z. (2016). Increased low back pain prevalence in females than in males after menopause age: evidences based on synthetic literature review. Quantitative imaging in medicine and surgery, 6(2), 199-206. https://doi.org/10.21037/qims.2016.04.06